Fue uno de los prototipos que no lograron suceder al Mini clásico, pero sus soluciones de diseño siguen vigentes.
El MINI ACV 30 se presentó en el Salón de Frankfurt de 1997 como un concept car que podía convertirse en el sucesor del clásico MINI de 2001. El prototipo representaba algunas ideas que la automotriz inglesa quería incluir en el nuevo producto.
Su diseño fue el primero del Adrian van Hooydonk, diseñador de exteriores de automóviles BMW y actual vicepresidente senior de BMW Group Design. Este creativo se inspiró en el pasado deportivo de la automotriz para señalar el camino de la nueva generación del modelo.
Si bien la idea fue desechada en 1995, se siguió desarrollando como un concept car completo que se develó al público con el nombre de Anniversary Concept Vehicle, o ACV 30, en enero de 1997, durante el Rally de Monte Carlo. El número 30 remite a los triunfos de Mini en esa competencia, logrados 30 años antes (1964, 1965 y 1967).
Las coincidencias entre el ACV 30 y el MINI de producción final estaban en el motor y la tracción delanteros. Por su parte, puso en evidencia que podían adaptarse al diseño de un futuro modelo las características del MINI Clásico, como los faros circulares y la parrilla hexagonal del radiador. Al ser un auto de rally, el concept también contaba con cuatro luces extra en el frente, que no se incorporaron al MINI de serie, pero podían adquirirse como accesorio original.
Inspirado en este concept, el MINI incorporó elementos como el techo flotante con pilares negros, los faros grandes y el baúl estilo hatchback. A su vez, en el interior, se tomó gran parte y sentó las bases para el diseño definitivo con su velocímetro ubicado en el centro.