Te presentamos diez recomendaciones para conducir con seguridad ante la presencia de suelos mojados.
Incrementá la distancia de seguridad con el resto de los vehículos. Con una calzada mojada, el vehículo precisa más distancia (el doble) para detenerse sin correr riesgos que en una situación normal.
Reducí la velocidad ya que la lluvia empeora la visibilidad y las condiciones del camino.
Evitá frenar. Es más seguro reducir la velocidad de forma paultatina hasta que el vehículo se detenga en su totalidad.
Reaccioná con seguridad ante el efecto Aquaplaning, que se produce al pasar por un charco de agua. En esos casos, el neumático no es capaz de evacuarla, perdiendo su contacto con la ruta con la consecuente pérdida de control del conductor sobre el vehículo. Entonces, reducí la velocidad, no frenes y sujetá con firmeza el volante.
Realizá una conducción tranquila y suave. Lo mejor es evitar los cambios bruscos de dirección y de velocidad.
Mantené los cristales limpios ya que pueden ensuciarse con las gotas de lluvia y volverse opacos al empañarse.
Utilizá correctamente los limpiaparabrisas y conectá los sistema de climatización disponibles para desempañar.
Con lluvia siempre es fundamental conducir con las luces bajas encendidas para ver y ser vistos por el resto de los vehículos.
Evitá circular por las líneas o marcas blancas de la ruta ya que con la humedad, el vehículo pierde adherencia al circular por esas superficies.
Seguí las huellas del vehículo de adelante. De esta manera, vas a circular por la zona más seca de la calzada.
Mantené los neumáticos, frenos y amortiguadores en buen estado. Estos tres componentes te permite encarar la conducción bajo la lluvia de manera más segura.